San Martín no es solo “ir a la selva”. Es moverte entre Tarapoto, Lamas, Moyobamba, Rioja; es cataratas, lagunas y chacras abiertas; es café secándose al sol y cacao fermentando en cajas de madera mientras alguien te explica por qué ese detalle cambia todo el sabor.
Cuando llevamos grupos a San Martín —empresas, universidades, gente que quiere ver cómo se produce de verdad— siempre pasa lo mismo: llegan con curiosidad y se van con respeto.
Te cuento por qué.
Tarapoto: base, ritmo y primera impresión
Tarapoto es el punto de partida. Es donde aterrizas, te instalas, haces la primera reunión y entiendes el plan de visita.
Es una ciudad viva: motos que no paran nunca, jugo fresco en cada esquina, café local servido con orgullo. Para nosotros Tarapoto no es “el destino”, es la base operativa. Desde ahí sales a todo lo demás.
¿Qué suele pasar el primer día?
- Te presentamos la ruta (qué vas a ver, a quién vas a conocer).
 - Haces tus primeras preguntas técnicas.
 - Empiezas a escuchar palabras que luego se van a volver normales: calidad, secado, fermentación, rendimiento, trazabilidad.
 
Cataratas y lagunas: pausa visual que no es solo turismo
San Martín tiene paisajes que honestamente son difíciles de explicar con fotos. Cataratas altas rodeadas de verde húmedo y limpio. Lagunas tranquilas rodeadas de árboles y cielo abierto. Agua en movimiento todo el tiempo.
Normalmente incluimos al menos una parada natural en la experiencia: una catarata accesible o una laguna tipo “respira y mira”.
¿Por qué lo hacemos aunque la visita sea técnica?
Porque la gente necesita bajar revoluciones entre reunión y reunión. Y porque entender el lugar no es solo escuchar datos: también es sentirlo.
En simple: en San Martín aprendes, sí. Pero también descansas la cabeza.
Lamas: cultura viva a 30 minutos
Muy cerca de Tarapoto está Lamas. Es una parada corta que dice mucho.
En Lamas se vive una mezcla andino-amazónica muy particular: idioma, vestimenta, danza, artesanía, identidad que no está montada para el turista sino que forma parte del día a día. Es el tipo de lugar donde la gente no solo te vende algo; te cuenta quién lo hizo, por qué lo hace así y qué significa.
Para los grupos que traemos, Lamas sirve para entender otra cosa importante: acá no solo visitas, conversas. No eres espectador mudo.
Y eso cambia totalmente el tipo de experiencia que tienes en la región.
Café: del grano a la taza, sin discurso bonito
Uno de los grandes momentos de la ruta es cuando entramos al mundo del café.
No es “mira, así crece el café, qué lindo el arbolito”. Es paso a paso:
- Cosecha: qué se recoge, qué no, y por qué.
Fermentación y lavado: tiempos, temperaturas, cuidado.
Secado: cómo se reduce la humedad sin dañar el grano.
Selección y clasificación: qué se queda, qué se descarta.
Cata: pruebas reales de sabor, aroma, cuerpo. 
Esto le cambia la cabeza a cualquiera que piense que el café “es café y ya está”.
Para el visitante:
- Si eres empresa, entiendes qué significa realmente pagar por calidad.
 - Si eres universidad, ves procesos que no están en el aula.
 - Si solo eres fan del café, empiezas a probar con otro nivel de atención.
 
Cacao: aroma, manos y paciencia
El cacao en San Martín también es una parada clave. Y acá pasa algo muy especial: normalmente conoces a personas (muchas veces mujeres) que literalmente acompañan el cacao desde el fruto hasta la masa lista para transformación.
Lo que ves:
- Fermentación en cajas de madera.
Secado lento al sol.
Clasificación del grano.
Primeras pruebas de pasta, licor o derivados. 
Lo que escuchas:
- “Esto salió bien.”
 - “Esto no salió bien y te voy a decir por qué.”
 
Ese nivel de honestidad vale muchísimo. Te muestra que el producto final —el chocolate que tú ves perfecto en una vitrina— nació de decisiones pequeñas tomadas a mano.
¿Por qué traemos grupos a San Martín?
Porque es cercano, concreto y humano.
- Cercano: Todo está a distancias razonables. No pasas 8 horas en carro cada día.
 - Concreto: Ves procesos reales, no maquetas. Tocan, prueban, preguntan.
 - Humano: No hablas con un guion. Hablas con personas que viven de eso.
 
Para algunos es inspiración (“quiero emprender en alimentos con identidad”).
 Para otros es validación (“quiero ver si hay oferta estable y con calidad”).
 Para otros es formación (“quiero que mi equipo entienda esto con los cinco sentidos, no en un PDF”).
¿Esto es turismo?
No exactamente.
Sí, hay paisajes hermosos. Sí, comes increíble. Sí, la gente es cálida de una manera que desarma.
Pero el corazón de estas rutas no es “venir a pasear”. Es “venir a entender”.
La gente que traemos suele venir con una motivación clara:
- estudiantes o postgrado que quieren ver procesos reales,
 - equipos técnicos o de proyectos que quieren ver campo sin que sea chaos,
 - empresas que quieren conocer de cerca cómo se produce lo que luego venden o transforman,
 - personas que están pensando en invertir, formalizar, asociarse o comprar.
 
San Martín los ayuda a tomar decisiones más informadas porque todo es directo.
¿Cómo lo hacemos en Conecta Perú?
Esto es importante, porque es lo que nos diferencia de “una agencia que te lleva a hacer fotos”:
- Construimos la agenda según el perfil del grupo (café, cacao, frutas, experiencia cultural, naturaleza, etc.).
 - Coordinamos las visitas con las personas que realmente están produciendo.
 - Armamos traslados, tiempos, paradas y alojamiento para que fluya.
 - Acompañamos cada visita, no soltamos al grupo.
 - Cerramos con una pequeña síntesis de aprendizajes para que no se quede solo en “qué bonito viaje”, sino “esto me sirve”.
 
En palabras simples: tú vienes a aprender. Nosotros nos aseguramos de que eso pase.
Para cerrar
San Martín tiene cataratas que parecen sacadas de película, lagunas tranquilas que bajan las pulsaciones y pueblos que todavía se sienten pueblo.
Pero lo que más se queda no es eso.
Lo que más se queda es la sensación de haber estado cerca: del producto, de la historia detrás del producto y de la persona que lo cuida.
Si quieres que tu equipo, tu organización o tu grupo viva eso —no solo verlo, vivirlo— podemos armarte la ruta técnica en San Martín. Y la operamos completa contigo.


                
                            
                            
                            
                            
                            
                            
                            
                            

